jueves, 14 de febrero de 2013

"El Pelé ruso" Streltsov: Bombones rusos


Eduard Streltsov "El Pelé ruso"
Antes de disputarse el mundial de 1958 en Suecia, un jugador soviético había demostrado en el Torpedo, uno de los clubs más pequeños de Moscú, que tenía un talento fuera de lo normal con el balón en los pies. Era rápido, tenía el balón pegado a la bota y no perdonaba una cuando estaba frente la portería.
No era muy conocido fuera de su país hasta que llegaron los Juegos Olímpicos de Melburne en 1956, torneo que la URSS ganó a pesar de que Streltsov no pudo disputar la final del campeonato. Debido a las normas de los JJOO únicamente se les entregaba las medallas a los titulares del último partido. Nikita Simonyan actual presidente de la federación rusa de fútbol quiso entregarle su medalla. Sin lugar a dudas él fue el jugador más destacado del torneo. Pero Streltov no la aceptó: “No te preocupes Nikita, ganaré muchos más trofeos en el futuro”. Lo que no sabía Streltov es que la vida es una caja de bombones y nunca sabes cuál te va a tocar. A él desgraciadamente no le tocaron los mejores.
En 1958 la prensa se hizo eco de que “el Pelé Ruso” no participaría en el mundial. Eduard Streltov sufrió los problemas de una Unión Soviética que consideraba que el jugador tenía una actitud que no era del agrado del régimen y que podría causar problemas debido a su popularidad. Su caída empezó negándose a dejar su equipo para unirse a las filas de CSKA o al Dynamo de Moscú. Más tarde acabaría siendo acusado de violación y enviado a Gulag, a un campo de concentración durante siete años en la fría Siberia con tan solo 21 años.
Streltsov junto con Yashin
 con la URSS
La posición natural de Streltsov era la de delantero centro. Según cuentan los que lo vieron jugar, tenía una velocidad endiablada y una gran afinidad con el balón cuando jugaba al ataque. Streltsov coincidió con el único portero ganador de un balón de oro, Yashin y fue uno de los jugadores más importantes de la selección que consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1956 y se clasificó para el Mundial de 1958.Después de todo esto, tuvo ofertas de los dos equipos más grandes de la URSS que por aquel entonces eran el CSKA, el equipo del ejército rojo, y el Dynamo de Moscú, el equipo de la KGB. Se dice que estas ofertas se hicieron para reconducir al jugador, al que le gustaba demasiado la fiesta. Ese gusto por el vodka y el baile fue lo que hizo que los bombones de la caja se envenenaran. Tras su negativa a los dos clubs, la estocada final llegó en un baile celebrado en el Kremlin. El delantero, con unas copas de más, insultó a la hermana de Yekaterina Furtseva, única representante femenina del politburó soviético.
Poco tiempo después en una fiesta de Moscú, una joven de 20 años fue violada. Eduard Streltsov fue detenido junto con otros dos sospechosos. Cuenta la historia que un oficial de la KGB aseguró a Streltsov que si confesaba le dejarían jugar el Mundial de 1958. Él a pesar de no haber cometido el delito confesó su culpabilidad. Su confesión no sirvió de nada y el jugador se quedó sin mundial.

Estatua homenaje a Streltsov
con la equipacón del Torpedo

Nadie creyó aquella historia, y gran parte de la ciudad salió a las calles, concretamente unos 100.000 trabajadores para protestar por la injusticia cometida. Tras su paso por Siberia, Eduard Streltsov volvió a jugar en el Torpedo con 28 años. Las secuelas del campo de concentración habían hecho que  perdiera su velocidad, pero seguía manteniendo la calidad. En el país todos lo veían como un criminal excepto en su equipo de corazón en el que ganó dos ligas siendo premiado como mejor futbolista de la temporada. Todavía hoy el Torpedo rinde homenaje al “Pele ruso”. El estadio lleva su nombre y tiene una estatua que lo recuerda.
Todavía hay personas que luchan por limpiar el nombre de Eduard Streltsov, como el ajedrecista Anatoly Karpov, que tiene como objetivo exonerar del delito de violación a una de las leyendas del fútbol ruso.

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