El "indestructible" Titanic. |
El famoso barco inglés que se hundió por chocar contra un iceberg, tiene miles de historias que contar, y como no, el deporte, es una de ellas. En 1914 Richard William y Karl Behr con las vestimentas blancas de la época y las pesadas raquetas, se enfrentaban en el césped del casino Newport, en Rhode Island, para jugar unos cuartos de final del hoy US Open. Pero este partido no era uno cualquiera, los dos tenistas compartían una historia que poca gente podía contar. Dos años atrás por diferentes razones, los dos jugadores se embarcaron en el indestructible Titanic.
Behr y su amada Helen tiempo después. |
Williams era de origen Suizo. Nacido en Ginebra, con 21 años era un gran jugador y viaja en el Titanic junto a su padre, descendiente directo de Bejamin Frankiln. El motivo del viaje era la incorporación de Williams a Harvard. Por su parte Behr tenía un motivo muy diferente. El amor de una silueta rubia que conoció en su estancia en París. El chico que por entonces tenía 27 años, no dudó en comprar un ticket de primera clase para seguir a Helen Newsome.
Williams con la vestimenta típica de la época. Todo de blanco y la raqueta de madera. |
La película de James Cameron narra muy bien lo acontecido después del choque con el iceberg. La tripulación no se había percatado de la gravedad de la situación. Williams recordando lo acontecido, cuenta como la orquesta seguía tocando mientras el barco se hundía. Desgraciadamente, tuvo que ver como su padre fallecía aplastado por una de las chimeneas del barco. La suerte estuvo con él y llegó nadando a un bote salvavidas. El peligro no acabó tras llegar. En el bote había más de 30 personas de las cuales 19 murieron de hipotermia. Las bajas temperaturas hacían mella en los pasajeros, y también en Williams. Al ser tantas personas en un bote tan pequeño, Williams tuvo que mantenerse a flote hundido hasta las rodillas. El congelamiento de sus piernas auguraba el fin de su carrera, la amputación de las piernas. Él se negó al doctor que le trató. Finalmente no solo volvió a jugar al tenis, si no que ganó dos veces el US Open, la copa Davis con EEUU y una medalla de oro en dobles mixtos en los JJOO de París.
Behr no tuvo problemas para escapar en uno de los botes, eso sí, no dudó en pedirle el matrimonio a Helen. Ayudó en la organización de los rescatados. También se involucró en juicios que iniciaron muchos afectados.
En los 4 días que estuvieron en el barco que los salvó, los tenistas se conocieron. En sus biografías Williams trata a Behr como una persona muy agradable, pero Behr destaca su “complicada experiencia en el agua”.
Dos años más tarde se volvieron a encontrar, esta vez en tierra firme, uno en cada lado de la pista de tenis. Por cierto el partido lo ganó Williams (6/2, 6/2 y 7/5).
Novela de Linsay Gibbs. |